5 claves para gestionar a un mal jefe

ADVERTENCIA IMPORTANTE: por favor, no te creas nada de lo que está escrito a continuación. Usa tu sentido común y entendimiento para aplicarlo a tu caso concreto. Toma lo que viene a continuación como meras sugerencias e ideas. Tener un mal jefe es una situación que puede ser muy dura y estresante y que en muchos casos no tiene solución fácil. Pido perdón por adelantado si alguien se siente ofendido por lo escrito en este artículo, no es en absoluto mi intención sugerir que el problema de tener un mal jefe tiene “fácil solución” siguiendo una serie de pasos.

Los malos jefes son la principal fuente de infelicidad en el trabajo. Y esto no es por casualidad: tu jefe es la persona que tiene más influencia sobre tu disfrute y felicidad en el trabajo. Tu jefe es la persona que tiene más influencia sobre tu evolución profesional.

1.     Gánate su confianza

Los principios básicos para gestionar a un mal jefe son los mismos que para gestionar a cualquier jefe: la clave fundamental es cambiar la manera de verlo, pasar de verlo como un superior jerárquico del que recibes órdenes a verlo como un cliente muy importante del que debes ganarte su confianza. Si te ganas la confianza y el aprecio de tu jefe será más fácil que te ayude, te preste atención, te escuche cuando tengas que pedirle algo importante, o que te asigne a proyectos interesantes. Hay 3 claves para ganarse su confianza.

  • Ponte en su lugar para conocer sus necesidades y retos

  • Ve a tu jefe con soluciones, no con problemas

  • Promete poco y cumple mucho

Si ves a tu jefe como tu principal cliente y aplicas estas claves es muy posible que su confianza en ti aumente. ¡Lo que es seguro es que no disminuirá!

2.     Identifica el tipo de mal jefe que tienes

Puede ocurrir que a pesar de ganarte su confianza tu jefe te siga haciendo profundamente infeliz en el trabajo. Puede que tu jefe sea un déspota que disfruta humillándote, un controlador que no te deja dar un paso sin su aprobación previa, o por el contrario alguien que no te dedica tiempo, que te tiene abandonado y no te brinda el apoyo que necesitas. Puede que no tenga mala intención pero que le falte la formación adecuada. En cualquiera de estos casos el primer paso es identificar el tipo de jefe que tienes.

Según Alex Kjerluf en su libro “happy hour is 9 to 5”, los malos jefes se pueden clasificar en tres grandes categorías:

Categoría 1. Tu jefe no sabe que es malo.

Categoría 2. Tu jefe sabe que es malo y quiere mejorar.

Categoría 3. Tu jefe no quiere saber que es malo o no quiere mejorar.

Si no estás seguro de la categoría en la que cae tu jefe te recomendamos que de momento asumas que pertenece a la primera o a la segunda: no tiene mala intención, no sabe que lo está haciendo mal y está abierto a cambiar su manera de gestionar personas.

3.     Habla con él

Si tu jefe cae dentro de las dos primeras categorías te sugerimos hablar con él. Prepara bien esta conversación con él.

  • Escoge un momento adecuado para hablar con él

Busca un momento en el que no esté estresado, no tenga prisa y no vayáis a ser interrumpidos. Si puedes, fija con él una hora y reserva una sala de reunión.

No intentes improvisar el hablar con él en un pasillo, a la hora a la que suele irse de la oficina o entre dos reuniones…

  • Visualiza.

La visualización es una manera de programar nuestro subconsciente por medio de imágenes. La utilizan todos los deportistas de élite. Para preparar la conversación con él, visualízate a él y a ti mismo hablando y llegando a entendimiento. Visualízate a ti escuchando sus comentarios de manera receptiva y desapegada. Visualízate expresando tus puntos de vista y tus necesidades de manera firme pero respetuosa. Visualízale a él adoptando un nuevo comportamiento. De esta manera estás entrenando a tu mente no consciente a favorecer una comunicación (verbal y no verbal) adecuada con tu jefe para llegar a acuerdo.

  • Se concreto al criticar su comportamiento.

Explícale con un ejemplo concreto como su comportamiento “A” en la situación “B” tiene en ti y en tu trabajo un efecto “C”. Por ejemplo: “Cuando me críticas en público durante las reuniones de departamento me siento humillado. Después me paso el día en un estado muy negativo de apatía y la cantidad y calidad de mi trabajo se ven muy perjudicadas”.

  • Sugiere una alternativa a su comportamiento.

Al hacerlo recuerda los principios básicos para gestionar un jefe: ponte en su lugar, mira la situación desde su perspectiva y ve a él con soluciones, no con problemas. “Entiendo que es parte de tu trabajo dar feedback a tus subordinados y que la reunión del lunes es un buen momento porque nos tienes a todos reunidos. Te sugiero que si tienes alguna crítica que hacerme que me la hagas inmediatamente después de la reunión, en tu despacho”.

  • Alaba lo que tu jefe esté haciendo bien.

Pocas veces los jefes reciben feedback de sus subordinados. Todos los jefes agradecen que se les diga lo que están haciendo bien. “Quiero que sepas que hay cosas que creo que haces muy bien. Por ejemplo, a diferencia de otros jefes, contigo todos los miembros del equipo tenemos clarísimo en todo momento qué resultados concretos esperas de nosotros y para qué fecha.”

4.     Protégete.

Si tu jefe es de la categoría 3 o si a pesar de ser de la categoría 1 o 2 hablar con él no da resultados vas a tener que sobrevivir bajo su mando durante un tiempo. A continuación tienes algunas estrategias que quizá te puedan ayuar para protegerte en esta difícil situación.

  • Protege tu cuerpo y tu mente.

Tener un mal jefe es una situación que puede ser muy estresante tanto para tu cuerpo como para tu mente. Es muy importante estar fuerte física y mentalmente para afrontar el estrés que genera esta situación. Dormir bien, comer sano, hacer deporte, meditar, hacer yoga son maneras de reforzar tu estabilidad física, mental y emocional. Sufrimos más por nuestros pensamientos y nuestras interpretaciones y valoraciones de los hechos que por los hechos en sí. La práctica del mindfulness te puede ayudar a relacionarte mejor con el estrés causado por un mal jefe.

  • No te lo tomes personalmente

No tomes las críticas o el comportamiento de tu jefe como un ataque contra tu persona. Tómalo en todo caso como un ataque contra tu trabajo, que es muy distinto. Esto te ayudará a mantener una cierta distancia emocional y a no llevarte a casa el problema. Sé consciente de que en muchos casos lo que dice puede no tener nada que ver contigo. Hay personas que tienen el hábito de descargar su ira sobre las personas que tienen alrededor, independientemente de lo que éstas hagan o dejen de hacer.

  • No rebajes la calidad de tu trabajo

Puede ser tentador el rebajar la calidad de tu trabajo para perjudicar a tu jefe. “¿Para qué esforzarme por esta persona que me está haciendo la vida imposible?” No lo hagas. El bajar el ritmo o la calidad de tu trabajo es darle a tu jefe argumentos para justificar su comportamiento o para despedirte. Además, otras personas dentro de la organización pueden verse afectadas negativamente si dejas de hacer bien tu trabajo y esto puede debilitar tu posición frente a tu jefe.

  • Mantente un paso por delante

Anticiparse a lo que sabes que tu jefe te va a pedir es especialmente útil si tienes un jefe controlador que necesita dirigir cada paso que das. Si tu jefe oye varias veces “he dejado un borrador de informe en tu mesa para tu revisión” antes de que él te lo pida le ayudarás a sentir menos necesidad de controlar cada una de tus acciones.

  • Pon todo por escrito

Cuando tu jefe te haga una crítica o te de una orden verbalmente, pon todo por escrito en un email para confirmarlo con él. De esta manera clarificas lo que realmente quiere de ti y te proteges de futras críticas (“esto no es lo que te había pedido” “yo creía que lo que querías era…”)

  • Identifica lo que le hace saltar

Todos los jefes tienen cosas que les irritan profundamente y les sacan de sus casillas. Si tu jefe es de los que se enfada y grita con facilidad ten especial cuidado en no provocar las situaciones que desencadenan su ira. Si sabes que tu jefe no soporta que llegues más tarde de las 9 asegúrate de estar en la oficina a las 8h45 por lo menos. 

5.     Cambia la situación.

Si a pesar de tus esfuerzos para hablar con tu jefe y protegerte la situación se hace insoportable puedes intentar cambiar la situación. Esto no es fácil y tiene su riesgo…

  • Antes de actuar espera.

Antes de intentar cambiar la situación, espera un tiempo. A veces esperar es la mejor opción antes de ir a un enfrentamiento en el que no tienes todas las de ganar. En muchas organizaciones las personas cambian de puesto cada pocos años. Si es el caso de tu organización puede que sea más inteligente esperar a que tu jefe se vaya antes de enfrentarte con él.

  • Ve a ver a su superior o a recursos humanos.

Ve a hablar con su superior o, si no es posible, con recursos humanos. Explícales la situación y pídeles ayuda. Lo ideal es juntarse con otros compañeros que sean víctimas del jefe y hacer una queja conjuntamente. Antes de emprender esta acción asegúrate de que has hablado e intentado todo los posible con tu jefe, ya que puede que no te perdone. Asegúrate también de que tienes un plan B en otro departamento o en otra empresa.

  • Valora la opción de cambia de puesto o de empresa si no hay consecuencias

Puede que no vuelvas a oír de tu conversación con el superior de tu jefe o con recursos humanos. Puede que decidan tratar el tema confidencialmente. Si al cabo de un mes no ves cambios en tu jefe y la situación sigue siendo insostenible puedes valorar la opción de cambiar de puesto o de empresa, suponiendo que sea posible para ti dada tu situación actual.

Luis Rios