Enfocarse en el proceso, no en el objetivo

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¿Cuáles son tus objetivos para 2021?

¿Qué pensarías si te dijera que dejes de enfocarte en objetivos?

 Seguramente hayas leído sobre la importancia de fijarse objetivos.

 Los objetivos son importantes, nos ayudan a enfocar la acción y a conseguir cosas importantes en nuestro trabajo y nuestra vida.

 El único peligro que tienen los objetivos es que podemos acabar creyéndonos que necesito alcanzarlos para ser feliz.

 Podemos creer que todo el proceso, todo el viaje para llegar al objetivo es un simple medio para alcanzar un fin.

 Mi experiencia personal es que el disfrute y la satisfacción en mi trabajo están tanto o más en el proceso que en alcanzar el objetivo.

 En este pequeño artículo te propongo 4 claves para ayudarte a enfocarte más en el proceso y disfrutar en el presente de cada paso del camino:

Todos perseguimos objetivos en nuestro trabajo y en nuestra vida personal que son importantes para nosotros. A menudo nos obsesionamos con llegar a nuestro objetivo y nos olvidamos de la importancia de disfrutar del viaje. De hecho, muchos de nosotros funcionamos con el siguiente esquema mental: “He alcanzado mi objetivo. Tengo éxito. Soy feliz”. “No he alcanzado mi objetivo. He fracasado. Soy infeliz”.

Es cierto que el alcanzar objetivos te puede hacer feliz durante un tiempo, pero este tiempo es limitado y siempre acabas acostumbrándote a tus nuevas circunstancias y volviendo a un tu nivel de felicidad de referencia. Este nivel de referencia es genético y es distinto para cada persona.

Los objetivos son necesarios porque te dan una dirección y un propósito. En el mundo laboral son vitales para el funcionamiento de las empresas y organizaciones. Sin embargo, es muy importante no olvidarse del proceso, del viaje hacia nuestro objetivo. Cuando te enfocas en el proceso y pones toda tu energía y atención en él, cuando te enfocas en cada pequeños paso o tarea que tienes que llevar a cabo en el camino hacia tu objetivo ocurren dos cosas:

Primero, disfrutas más de la tarea. Cualquier tarea a la que prestas más atención, cualquier tarea en la que pones interés, se vuelve naturalmente más interesante y más fácil de disfrutar. Una buena analogía es el visitar una ciudad. Aunque el objetivo que te fijas para el día es el de ver determinados monumentos, museos y calles, un ingrediente importante para disfrutar la visita son cosas como el pararse a hacer una foto, conversar con un comerciante o degustar una bebida mientras vas de un sitio a otro…

Segundo, cuando estas enfocados en el proceso y te comprometes plenamente con cada pequeño paso día tras días la probabilidad de que alcances tu objetivo es, paradójicamente, mayor que si estás enfocado en el objetivo final. Por ejemplo, supón que tienes como objetivo el aumentar tus ventas a final de año un 10%. Es más probable que alcances tu objetivo si te centras en el objetivo diario de pase lo que pase hacer 5 llamadas diarias a clientes potenciales que si simplemente te decimos: ”al final de este año TENGO que aumentar un 10% las ventas, al final de este año TENGO que aumentar un 10% las ventas”, pero no hay un compromiso con una acción concreta como la de coger el teléfono día sí, día también.

En el mundo del trabajo los objetivos son importantes. En ocasiones tu puesto de trabajo puede depender de si alcanzas o no nuestro objetivo. Enfocarse en el proceso no quiere decir ignorar los objetivos. Quiere decir centrarse en lo que tienes entre manos ahora, hacer lo que está en tu mano en este momento lo mejor posible y dejar de imaginar escenarios catástrofe y generar en ti mismo ansiedad y agresividad. Srikumar Rao, autor del libro “Happiness at work”, relata en una entrevista el caso de cómo un director comercial puso en práctica este concepto:

Una de las personas que siguieron mi curso era un ejecutivo de una gran multinacional. Era responsable de una buena parte de las ventas fuera de Norteamérica. Me dijo “Profesor Rao, está muy bien decir que el objetivo no importa, pero yo tengo un objetivo de ventas que cumplir y no voy a alcanzarlo este año, y si voy a mi jefe y le cuento que el objetivo no importa no creo que le haga gracia”. Le dije: “Tienes tus objetivos de ventas que cumplir y lo has hecho lo mejor que has podido para alcanzar estas cifras, y a pesar de todos tus esfuerzos, este año no vas a poder llegar a estos objetivos. ¿Correcto?” y me dijo “Sí”. “O.K. no te estoy diciendo que vayas por ahí diciendo ‘eh, no vamos a alcanzar el objetivo, pero ¿sabéis qué? No importa porque lo que importa es el proceso no el objetivo. Esto no es algo bueno para tu carrera profesional. Esto es algo que sabes internamente, de forma que no haces lo que normalmente harías si no alcanzas tu objetivo, es decir enfadarte, autocompadecerte, gritar a tu equipo…

En vez de eso podemos aceptarlo y decir. O.K, no voy a alcanzar los objetivos de cifras de ventas, y como resultado van a ocurrir cosas, que podrían incluir la pérdida involuntaria de mi puesto. Podría ocurrir. Así que si eso ocurre, y me despiden, lo gestionaré cuando suceda. Pero mientras tanto simplemente me voy a decir: este es mi punto de partida, voy a ver qué puedo hacer desde ahí.”

Fue a su jefe y le dijo “No vamos a alcanzar el objetivo de ventas. No sé a qué distancia nos vamos a quedar del objetivo., pero probablemente será de este orden de magnitud, y esto es lo que propongo hacer”. Hizo su propuesta, que incluía algunas medidas para limitar los costes, algunas medidas para favorecer los ingresos, y algunos cambios estructurales. ”Hagamos esto y veamos qué pasa”. Las circunstancias eran muy difíciles para el negocio, así que su jefe dijo ”De acuerdo, hazlo así”. Lo que podía haber sido un gran problema se convirtió en pequeño incidente.

¿Cómo hacer concretamente para enfocarte en el proceso en vez de en el objetivo?

1. Comprometerse con objetivos diarios o semanales.

Una manera de enfocarse en el proceso es fijar pequeños objetivos diarios y semanales y comprometerse con ellos. A estos objetivos los llamamos objetivos de proceso.

Por ejemplo, si tu objetivo es terminar un informe para final de mes, te puedes fijar como objetivo diario de proceso escribir todos los días 60 minutos de informe como primera tarea del día.

Si tu objetivo es mejorar tus habilidades de escucha en el trabajo te puedes fijar como objetivo de proceso el nunca interrumpir y escuchar con toda atención en tus interacciones con otras personas en el trabajo durante un mes.

Si tu objetivo es estar más tranquilo y relajado en el trabajo tu objetivo semanal de proceso puede ser el levantarte pronto para ir a correr tres veces por semana antes de ir a trabajar, o para meditar 15 minutos todos los días.

2. Medir

El medir el grado de cumplimiento de tus objetivos diarios o te ayuda a mantenerte enfocado en el proceso. Por ejemplo, podemos medir el número de llamadas a clientes potenciales cada día, el número de minutos dedicados a escribir el informe, el número de interacciones del día en las que hemos sido capaces de escuchar con atención sin interrumpir… medir nos ayuda a ser conscientes de cómo de comprometidos estamos con el proceso y de identificar qué tenemos que cambiar en nuestro comportamiento y en nuestra forma de ser para mejorar el parámetro que estamos midiendo (número de llamadas, minutos de escritura de informe).

3. Identificar lo que vas a conseguir durante el proceso.

Una manera de valorar más el proceso y de estar menos apegados a conseguir el objetivo es tomar conciencia de tres cosas que vas a conseguir durante el proceso en el que estás envuelto, alcances o no tu objetivo.

Por ejemplo, si mi objetivo es impartir con éxito un curso de técnicas de ventas, en el proceso voy a tener que mejorar mis habilidades de oratoria, voy a tener que leer y aprender sobre técnicas de venta, y voy a conocer a muchas personas. Incluso en el caso de que el curso no sea un éxito, habré disfrutado y conseguido cosas valiosas en el proceso.

4. Estar presente: Poner toda tu atención en el ahora.

La idea de concentrarse en la acción (proceso) en vez de en el fruto de la acción (objetivo) está presente en muchas tradiciones espirituales orientales. Prestar toda la atención al ahora, al momento presente, es la manera más sencilla y más fácil que tenemos para centrarnos en el proceso. Eckhart Tolle, en su libro “El poder del ahora”, lo explica de la siguiente manera. 

“El cómo es siempre más importante que el qué. Observa si puedes poner mucha más atención a tu manera de hacer que a lo que pretendes conseguir a través de este hacer. Presta toda tu atención a lo que cada instante te ofrece. Esto implica que también aceptes lo que es, porque no puedes dar toda tu atención a algo y al mismo tiempo estar resistiéndote a ese algo.” 

“No te preocupes del fruto de la acción- simplemente pon toda tu atención en la acción misma. El fruto vendrá solo. Esta es una profunda enseñanza espiritual. En el Bhagavad Ghita, uno de los textos espirituales más bellos y antiguos que existen, este desapego al fruto de la acción se llama Karma Yoga.” 

“Cuando el huir compulsivamente del ahora cesa, la alegría del ser fluye en todo lo que haces. El momento en el que tu atención se centra en el ahora, sientes una presencia, una quietud, una paz. No dependes del futuro para sentirte realizado o satisfecho – no miras hacia el futuro esperando encontrar allí la salvación. No estás apegado a los resultados.”

Luis Rios